El hombre en su devenir, alguna vez tuvo un momento de reflexión sobre su propia existencia y sobre su destino. Ello lo colocó frente a las cosas que le rodeaban, y las nombró. Pero cuando lo hizo con respecto a los que empezaba a reconocer como sus semejantes, entonces empezó a construir, lo que más adelante habrá de ser su identidad.
Cómo? Cuándo? y Porqué? surge ese momento Único y exclusivo,
solitario
y determinante.
Nace el hombre a su consciencia de ser, de la mano de su Creador,
en ése único, sublime y divino momento,
Nace el hombre a su consciencia de ser, de la mano de su Creador,
en ése único, sublime y divino momento,
para ser guía y hacedor de novedades.
Así, al reconocer sus finitas capacidades y esfuerzos vanos, regresa su visión al prístino momento, y eleva, en mil formas diferentes, pero en una sola intención sus gracias y sus dudas, sus alabanzas y reproches, sus desconsuelo y sus súplicas. Es el momento de aprender, el momento de orar.
Oremos,
Es nuestra mas noble naturaleza,
que nos acerca a nuestra propia transfiguración, tal como nos enseño el Señor.
Él nos invita a subir al monte y orar. Si nuestro corazón reconoce su voz, dejaremos nuestros miedos y nuestros ídolos de seguridades y bienestar, para llenarlo de felicidad en su amor eterno, única fuerza, dada a nosotros por Jesús.
que nos acerca a nuestra propia transfiguración, tal como nos enseño el Señor.
Él nos invita a subir al monte y orar. Si nuestro corazón reconoce su voz, dejaremos nuestros miedos y nuestros ídolos de seguridades y bienestar, para llenarlo de felicidad en su amor eterno, única fuerza, dada a nosotros por Jesús.
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